Consultoria empresarial
La consultoría empresarial ofrece soluciones a los problemas concretos que existen en una compañía. A su vez, busca maneras de mejorar la eficiencia y la competitividad a través de diversas estrategias y esquemas de trabajo.
¿Por qué contratar consultoría empresarial?
Puede haber diversos motivos para tomar la decisión. Por ejemplo, que la empresa decida realizar capacitaciones para generar nuevos conocimientos a sus empleados. Por otro lado, también es interesante el hecho de tener una mirada externa para ver el panorama actual de otra manera. A su vez, es importante modificar paradigmas organizacionales, en caso de que estén siendo perjudiciales para la rentabilidad de la empresa.
¿A qué apunta la consultoría empresarial?
Existen diversos propósito a la hora de acudir a la consultoría empresarial. Los mismos pueden estar orientados a servicios financieros, tecnologías de la información, eficiencia energética, sistemas de gestión, innovación, operación, gestión del tiempo, selección de recursos humanos, búsqueda y tramitación de subvenciones y ejecución de proyectos.
Modus operandi
En primer lugar, es fundamental detectar los problemas y las inquietudes del cliente, como también conocer el estado de la empresa. A partir de esos datos, la consultoría realiza un proyecto con sus respectivos tiempos de ejecución. Si el vínculo va por buen puerto, se preparan diversos documentos o softwares para formaciones y capacitaciones al cliente.
En caso de que la propuesta haya sido aceptada, comienza la gestión para la resolución de inconvenientes. Aquí es necesario que se registren visitas y encuentros para conocer el estado actual de la situación, como también para llevar a cabo capacitaciones para el personal. De esta manera, el seguimiento permite descubrir si el proyecto es el indicado o si necesita correcciones. Si el resultado es exitoso, se da por terminado el ciclo o se renueva por algún otro motivo.
Clasificación
La consultoría empresarial puede estar relacionada con los negocios, en la que se crean estrategias para resolver problemas administrativos; el marketing, para darle valor al bien o al servicio y alcanzar un reconocimiento de la marca (atención con este punto); las ventas, para optimizar el negocio y aumentar ingresos; la comunicación organizacional, para perfeccionar los vínculos internos o externos de la organización en todos sus niveles; las finanzas, para analizar cómo aprovechar al máximo los recursos de la compañía; la especialización, para investigar nichos del mercado que no han sido aún explorados y encontrar nuevas oportunidades; y legal, para recomendaciones jurídicas, contractuales, mercantilistas o penales.
Nuestra especialidad: ¡marketing!
Habiendo cruzado todo este camino, ahora llega la parte que nos caracteriza.
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