El poder de un mail.
EN EL MOMENTO JUSTO – EN EL LUGAR INDICADO
El mailing podría considerarse la técnica más vieja del marketing digital. Pero no por ello la menos eficaz; por el contrario, esta se ha vuelto un desafío para su aplicación. Una acción coherente y bien dirigida hacia nuestros objetivos específicos podría convertir al mailing en una herramienta sumamente poderosa, si no la más poderosa.
Enviar mails masivamente a las cuentas de nuestros clientes no es precisamente una maniobra eficiente. Es como si se quisiera matar un mosquito con una ametralladora: alguna bala le va a pegar, pero se van a perder miles. Lo mismo pasa con el mailing, ya que sin una buena estrategia se pierden valiosas oportunidades.
Existen herramientas que nos permiten crear y medir campañas, y no utilizarlas resulta un desperdicio. Planificar una buena estrategia también significa obtener una buena base de datos. Dirigir a nuestros potenciales clientes a landing pages o realizar concursos que impliquen llenar un formulario, son algunas de las tácticas para lograrlo. Esto es lo más conveniente a la hora de obtener información, ya que muchas veces los usuarios tienden a tildar de spam a aquellos mails de origen desconocido. Mantener la reputación y credibilidad también es parte de la estrategia.
La redacción del “Subject” no es algo menor. La mayoría de las personas abren los mails porque les llama la atención lo que leen en el “Asunto”, por lo que no hay que ahorrar creatividad al escribirlo.
Pero no todos los usuarios son iguales. A veces es necesario adaptar las campañas a las preferencias de cada uno, realizando una segmentación basada en los datos recopilados. Un buen plan de mailing permitirá obtener fidelización de parte de los clientes y captar la atención de otros.